Gripa

Con tal de extinguir la gripa, con tal de matar el ser que entró a mi vida para darme otra alternativa de vida, una vida de nariz obstruída, voz ronca, estornudos impromptu, y un dolor de tener el cuerpo mutilado, hice lo siguiente:
• Cerré los botones de mi pecho, aislando así mis pulmones de toda temperatura extraña y fundirte a muerte.
• Cerré mi boca, librándome así de ser tl vehículo de infección y hacer creer al mundo que de algún modo me influyes.
• Cerré mi nariz, filtrando así tras una gruesa bufanda el aire donde tu presencia flota, para no seguir dándote una entrada que no pedí.
• Cerré la planta de mis patas también, porque no quiero explicaciones milagrosas sobre cómo los pies son parte del aparato respiratorio.
Sabrás ahora, también, que me he abstenido de ir a donde yo antes ambulaba, porque sospecho que en alguno de esos lados aún habitas y de ahí te saqué. Que miro con recelo mis instrumentos más recientes porque empiezo a deducir que del más grande te colgaste. Sabrás también que en este nuevo ambiente, que es mi cuerpo, donde habitas y donde tu existencia está atrapada y sin salida, por mi garganta baja el antibiótico más potente que mi dinero pudo comprar.


Ahora dime qué me duele a mí, y cuéntamelo verbigracia.