Para Ligia G.B.

Se supone que obedece a una aceleración de mi metabolismo lo que me hace un individuo poco friolento y, en apariencia, menos sensitivo a la baja temperatura de lo normal. Ahora que podría ser también mi ególatra envalentonamiento atrabancado que ni porque me esté matando por tiritar aparento algún estrago hipotérmico. Una tercera teoría apunta hacia apunta hacia una praxis interna de otra índole.
Pese a la confirmación de la evidencia científica de una de las teorías alternas, en realidad me inclino por la versión oficial de la cantidad de calorías quemadas siendo posiblemente de mayor proporción a la normal.
De ahí en fuera, todo tranquilo.